El sentido de la fachada de la Pasión

Que maravilloso es poder contemplar esta portada. Los arquitectos que me sucedieron supieron plasmar perfectamente lo que quería que esta fachada trasmitiera.

Aún recuerdo como trabajé en ella aquel invierno de 1911. Tras una larga enfermedad que me dejó a las puertas de la muerte comencé a dibujar los primeros bocetos mientras me recuperaba de mi convalecencia. Tal era mi concentración en el diseño que mis discípulos temían venir a consultarme aspectos de la obra por miedo a importunarme.

Si la fachada del Nacimiento transmite la alegría de vivir, esta de la Pasión debía reflejar todo lo contrario: el sufrimiento de Cristo y su muerte. Por ello tenía que ser una fachada austera, dura, fría y sin decoración.

Yo mismo definí cual debía ser su naturaleza con estas palabras “Algunos encontrarán esta puerta demasiado extravagante; pero yo querría que de miedo, y para conseguirlo no ahorraré el claroscuro, los motivos entrantes y salientes, todo lo que resulte de más tétrico efecto. Es más, estoy dispuesto a sacrificar la misma construcción, a romper arcos y a cortar columnas para dar idea de lo cruento del Sacrificio”.

Es por ello también que la fachada esté orientada al Oeste y, por lo tanto, recibe los últimos rayos del sol, hasta que oscurece. Esta disposición acentúa el efecto simbólico de oscuridad y penumbras que yo tanto perseguía.



(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Diego Laforga Marcos (2013)

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Source: Own work
Author: Carlos Marcos (2013)