Portada de Azabachería

Esta Plaza de la Azabachería residía el mercado, donde los romeros compraban objetos de todo tipo y cambiaban sus monedas extranjeras en la cofradía de Cambistas. También hubo en esta plaza una inmensa fuente que, según el Calixtino, no tenía pareja en todo el mundo. Esa maravilla se construyó para evitar que los vendedores de agua se aprovecharan de los peregrinos, que debían asearse antes de entrar en la Catedral. Sus restos decoran ahora el Claustro.

Fijate en esta fachada, que corresponde a la portada norte del Crucero. Es la tercera y la última de la Catedral que te queda por ver. Sustituye a la románica, que se derribó en 1758 porque amenazaba ruina, salvándose algunas bellísimas esculturas que se colocaron en otras zonas del recinto.

La fachada barroca la preside una imagen de la Fe sobre un pedestal. Encima, en el frontispicio, se repite la idea de la Portada del Obradoiro: el santo, con hábito de peregrino, tiene a sus pies a dos reyes, que en este caso son Alfonso III y Ordoño II, grandes promotores del culto al apóstol. Ventanas con dintel y escudos de aire neoclásico dan prueba de las muchas manos que intervinieron en ella a lo largo de los años. Los medallones representan al ilustrado rey Carlos III, tan preocupado por las obras urbanas que se le declaró el mejor alcalde de Madrid, aunque, como vemos, sus reformas llegaron hasta bien lejos de la capital, y a su esposa.

Si deseas visitar el Museo, el Palacio de Gelmírez y otras zonas de pago de la Catedral, dirígete al Centro de Recepción de Visitantes, situado en la escalera del Obradoiro, y saca las entradas. Con ellas accederás al interior desde esta Plaza del Obradoiro, por la puerta de la fachada del Claustro donde pone Museo.



(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Diego Laforga Marcos

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Source: Own work
Author: Diego Laforga (2013)