A la derecha de la salida de Platerías, arriba, si te fijas, verás un tímpano con la representación del prodigio de la batalla de Clavijo, una de las primeras, y la más conocida, de las apariciones milagrosas del santo en defensa de los cristianos. Es un relieve del siglo XIII del apóstol a caballo, rodeado de figuras femeninas. Son las mujeres que agradecen que impidiera con su intervención que las entregaran a los musulmanes como pago del Tributo de las Cien Doncellas, que era un vasallaje que los cristianos debían pagar cada año al califa, en tiempos de la dominación islámica.

Las hermosas portadas platerescas que merecen tu atención dan acceso al Claustro y a la Sacristía. Están cerradas al visitante, lo que es una lástima porque la de la Sacristía encierra importantes obras de arte.

Al otro lado de las puertas encontrarás el Baptisterio.

Cuenta la leyenda que en esta austera pila bautismal, obra prerrománica del siglo IX, bebió hasta morir reventado, el caballo del caudillo musulmán Almanzor, cuando este arrasó Santiago en el 997 y se llevó a Córdoba las campanas de la Catedral a hombros de prisioneros cristianos. 200 años después los cristianos se tomaron su venganza, cuando Fernando III el Santo conquistó Córdoba y obligó a retornar las campanas a Compostela a hombros de prisioneros musulmanes.

Concluida el recorrido por el interior de la Catedral dirígete a la puerta que hay junto la Baptisterio, por la que se sale a la Plaza de la Quintana, a donde nos encaminamos.



(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Diego Laforga Marcos

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Source: Own work
Author: Diego Laforga (2013)