La Trinidad

Su nombre era Domenicos Theotocopulos, pero los españoles, por su dificultad para pronunciarlo, le convirtieron sencillamente en El Greco por su origen griego. Nació en la isla de Creta a mediados del siglo XVI, que en aquella época pertenecía a Venecia y con la que mantenía estrechos vínculos políticos y culturales. Allí tuvo la oportunidad de estudiar con Tiziano.

Posteriormente viajaría a España, donde piensa que Felipe II, que entonces se encontraba construyendo El Escorial, puede brindarle trabajo. Sin embargo sus cuadros no eran del gusto del rey y termina afincándose en Toledo, ciudad en la que vive acomodadamente y hasta su muerte en 1614.

Tiene un estilo muy peculiar, que se va acentuando conforme avanza su carrera. La importancia que da al color refleja la influencia de la escuela Veneciana. Según va evolucionando utiliza colores más estridentes y chillones, a la vez que sus personajes se vuelven cada vez más alargados y con cabezas más pequeñas, es lo que se conoce como estilo Manierista.

En la Trinidad que pintó para el monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, se refleja la influencia de dos grandes artistas: Durero, del que se inspira de uno de sus grabados y Miguel Ángel, patente en la robusta figura de Cristo, que parece una escultura. Destacan los colores fuertes como el amarillo del manto de Dios Padre, que cubre su cabeza con una mitra, típica de personajes del Antiguo Testamento.

Cabe Señalar también la expresividad del ángel que llora a la izquierda. La obra del Greco tendrá una gran influencia en los expresionistas alemanes del siglo XX.

(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Textos (a) Catalina Serrano Romero