Capilla del Salvador a la de San Bartolomé

Te encuentras en la parte más antigua de la Catedral de Santiago, pues la Capilla del Salvador fue la primera construcción que se levantó en este conjunto, en 1075. Se la llama también de Francia por las donaciones que hizo para su embellecimiento el rey francés Luis XI.

En este lugar existían en la Edad Media unos confesionarios llamados “lenguajeros”. Consistía en una especie de sala de traductores y oficina de cambio, donde a cada peregrino se le confesaba y se le pedía los correspondientes donativos, eso sí en su lengua materna para facilitar la operación. Posteriormente se entregaba La Compostela, el documento que certificaba, y certifica, el cumplimiento del peregrinaje, y permitía hospedarse gratuitamente en el hostal de los Reyes Católicos, hoy parador nacional, sólo al alcance de bolsillos pudientes y de treinta peregrinos, a los que diariamente, en grupos de diez, se da desayuno, comida o cena gratis.

Frente a esta capilla de el Salvador verás en la parte posterior del altar mayor una luz que ilumina una urna sobre la que hay una estrella. Señala el punto del subterráneo donde se hallan las reliquias del apóstol Santiago.

Puedes continuar la visita y echar un vistazo a las Capillas de Nuestra Señora la Blanca y la de San Juan, si te interesa ver lo que queda de su fábrica medieval. Si no quieres detenerte, a continuación encontrarás la capilla de San Bartolomé, que tiene mejor conservada la estructura románica. Lo más interesante es el sepulcro situado a la izquierda, que corresponde a Don Diego de Castilla, biznieto de Pedro el Cruel. De magnífica factura renacentista, según los historiadores del arte es prácticamente una fotografía del difunto.

Hemos concluido las capillas de la Girola. Ahora podemos pasar a las del Crucero.



(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Diego Laforga Marcos

Pictures
Source: Own work
Author: Diego Laforga (2013)