Has venido, mi buen benefactor. Paseemos juntos.

De este hermoso jardín se dice que es el más antiguo de Occidente todavía en uso. Lo que sí puedo decirte es que en mi época era un trozo del paraíso, un verdadero paraíso. Con estos juegos de agua que despiertan los sentidos e invitan a la felicidad, este era el descanso del guerrero.

Todo este jardín estaba cerrado a nuestra izquierda por un alto muro, que servía para ocultarnos de la vista de la ciudadela. Se sustituyó en época cristiana por una galería de arcos encalados. Si te acercas, todavía verás en muchos de los arcos los símbolos de los reyes católicos, el yugo y las flechas.

Ah… y al fondo de la colina, las huertas que nos separan de la Alhambra. Qué fértil tierra es Granada. Crecen higueras, almendros, frescas sandías y aromático azafrán... De esas huertas de abajo se nutría buena parte de la corte de los sultanes nazaríes.

¿Te gustaría ver cómo era el muro original? Al final de la galería queda aún un segmento, que hace esquina con el edificio principal.

El edificio a nuestro frente fue ampliado en el siglo XVI, cuando se le añadió una planta. Este lugar, con el paso de los siglos, ha cambiado mucho. Aún puedes ver los restos de un escudo de los Reyes Católicos en el interior, uno de los muros laterales de la planta baja. Pero tendrás que fijarte con atención.




(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Carlos Madrid (2012)

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Source: Own work
Author: Julián Hernández Martínez (2013)